domingo, julio 12, 2015

HISTÓRICO, novillero venezolano Manolo Vanegas corta oreja Madrid





Freddy Ramírez "Garapuyo". Habían pasado exactamente 24  años, -si mal no estoy- para que otro novillero con picadores venezolano,  Luis de Aragua cortase oreja en Las Ventas de Madrid, aquello fue un 05 de junio del año 1976, con el novillo   "macandro" de la ganadería Diego Romero; su antecesor había sido el figurón del toreo  Cesar Girón,  quien se había presentado de novillero en Madrid un 10 de julio  de 1952, sin mucha fortuna, para después 17 días mas tarde  el 27 de julio de 1952, el venezolano Cesar Girón -en su segunda presentación- en Madrid cosechaba gran triunfo  con el corte de orejas, sonoro éxito, que sumado a los ya conseguidos a lo largo de aquella afortunada temporada le permitió al novillero venezolano César  Girón, afrontar  aquel  verano en España convertido en la figura estelar del escalafón novilleril.

Desde aquellas gestas han sido muchas las lunas y es mucha el agua que ha pasando por debajo de los puentes,  hasta que este domingo 12 de julio,  39 años después de aquella recordada oreja de Luis de Aragua, la historia  se vuelve a Marcar con otro novillero venezolano, Manolo Vanegas, al cortar una oreja en la  mismísima Catedral del toreo en Madrid..

Oreja de oro macizo   ha sido la que este domingo ha cortado  el torero venezolano oriundo de Seboruco  (tierra de toreros) pueblo del estado del Táchira, al occidente  de Venezuela, triunfo que seguro permitirá al novillero nacional afrontar la temporada novilleril en España un tanto remisa para con el novillero venezolano, ya  Francia conoce  muy bien la andadura triunfal de este joven promesa de la torería  que llena de ilusión a la afición venezolana.

Tras el éxito del novillero venezolano me permito llevar, algunas  reseñas de los distintos medios:


Haga Olè acà>>>> Las Ventas.  Oreja para Manuel Vanegas y vuelta para Guillermo Valencia

Novillada interesante de Toros de la Plata y los Herederos de Antonio Ordóñez con dos ejemplares de mucha calidad. Manolo Vanegas cortó una oreja y Guillermo Valencia dio una vuelta al ruedo.


La presentación de Manolo Vanegas en Las Ventas ha dejado un poso de seriedad y de mucha capacidad. Templado y con gusto con capote y muleta, se quedó pronto sin su primer novillo, que no acompañó esas buenas sensaciones que dejó el novillero. El quinto se lo puso muy difícil, pero Vanegas le plantó cara con mucha verdad, aguantando la incertidumbre sin aspavientos. Sin apenas petición le llegó una oreja del palco que certifica un debut muy prometedor
 

Burladero. MADRID Vanegas, oreja; Valencia, vuelta al ruedo

Era tarde de savia nueva. Y respondió. El novillero venezolano Manolo Vanegas cortó una oreja del quinto y el colombiano Guillermo Valencia dio una vuelta al ruedo en el tercero. Ambos se presentaban en Las Ventas y ambos puntuaron.



El segundo de Toros de La Plata no humilló nunca en las telas y Manolo Vanegas, novillero venezolano, lo toreó con temple y buenas maneras, dándole distancia. No acertó con la espada y eso le privó de un reconocimiento mayor. Sí lo obtuvo frente al quinto, un sobrero de Aurelio Hernando. Novillo de embestida complicada, que se movió siempre con la cara alta, sirvió para que Vanegas protagonizase un emocionante tercio de banderillas y firmase una faena de novillero conocedor y seguro. Aguantó miradas y parones, domeñó las tarascadas del novillo y acabó imponiéndose a base de seguridad. Cortó una oreja, aunque la petición era leve. Importa más la sensación, muy buena.


Manolo Vanegas tocó el pelo del quinto, un novillo reservón al que se impuso; firme anduvo Guillermo Valencia dando una vuelta al ruedo mientras que falto de oficio se mostró un herido Escudero

Con más arrojo que brillantez le ligó las verónicas del saludo Vanegas al segundo, de escaso perfil pero rotundo remate. Con alegría y fijeza se arrancó el animal en el caballo, antes del garboso quite por chicuelinas de Guillermo Valencia. Fue severo el castigo en el caballo y lo acusó mucho el animal en la muleta, donde quiso tomar por abajo el trapo que le ofrecía Vanegas con suavidad pero sin pausa. Tiene valor el venezolano, pero le faltó medir los tiempos y ofrecer respiro al novillo. Largo fue el trasteo, sin emoción por la falta de poder del animal, que despenó Vanegas con dos pinchazos y el descabello para escuchar silencio.

Un tío por todas partes era el serio quinto, al que recibió Vanegas con dos faroles y persiguió después para encajarse a la verónica en las idas y venidas del abanto animal. Perdió las manos a la salida del peto y fue devuelto. De Aurelio Hernando era el sobrero, cornicorto pero colocado, que buscó la gatera de salida con insistencia y repitió después en el decidido saludo de Vanegas rebrincado y tirando un feo derrote con el pitón de fuera. En línea recta y tomando a media altura llegó al penco. El propio Vanegas protagonizó el tercio de banderillas, culminando con un vibrante quiebro al violín. Un esfuerzo hizo Vanegas con el costoso animal, exigente en los terrenos, que siempre lo tuvo visto y a punto de echarle mano. Le tragó Manuel para transformar en tandas las arrancadas reservonas que le fue robando a base de exponer. Le dejó una estocada sensacional y cortó una oreja.

AplausoS.  Manolo Vanegas, un debut prometedor en Las Ventas

El venezolano corta una oreja y deja muy buenas sensaciones a lo largo de toda la tarde de serenidad, torería y templanza.

Manolo Vanegas se presentó en Las Ventas con un novillo noble pero tardo y sin ninguna entrega y que terminó parado. Muy asentado el espada venezolano, toreó con serenidad y despaciosidad aprovechando la inercia de su oponente. Imprimió además a su labor mucha torería. Buena impresión la dejada por el venezolano que falló con los aceros.

El quinto de Antonio Ordóñez fue devuelto por blando, saliendo en su lugar un novillo de Aurelio Hernando brusco y que embistió con la cara alta. Nada fácil estar delante. Se lució con las banderillas el venezolano, especialmente en un par al quiebro y al violín en el tercio. La faena sorprendió por la seguridad -aguantó muchos parones del novillo-, y por tratar de conducir al novillo siempre por abajo. Muy ajustado con el utrero, con muchos conocimientos y un buen fondo técnico. Mató de una estocada y se le dio una oreja cuando la petición para la misma fue escasa. Más allá del trofeo, Vanegas dejó una notable sensación.






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